DECLARACIÓN DE VALORES DEL CRISTIANISMO POLÍTICO

Las nuevas ideas engendran nuevos tiempos. Ese es el propósito de esta declaración. La luz no puede estar escondida, porque si así fuere, no serviría para nada. Por eso he decidido hablar en nombre de todos los cristianos para poner de manifiesto las luces de nuestra doctrina política, a la cual he llamado comprensiblemente como: “Cristianismo Político”. Este ideario surge de integrar todos los principios de gobierno que se aprenden en la Biblia. Es la brújula que enseña cómo ejercer la política en consonancia con el Corazón de Dios. Es el antónimo de ese oscurantismo político que tanta debacle ha causado en nuestra Venezuela durante la última generación.




El Cristianismo Político es la identidad civil que nos pertenece, pero que por ignorancia o renuencia, no supimos exponer, ni defender, ni enarbolar en el pasado. Hoy respondo con contundencia a esa necesidad. Esta declaración contiene una ideología política clara, definida y enseñable. Además, para eso escribí el “Manifiesto Patriarcas”, un libro que expone a profundidad todos los postulados del Cristianismo Político. Para que aquellos que se dedican a la politiquería, nunca más tengan el camino libre para engañar a la gente. ¡Nunca más! Pronto despertará una nueva expresión popular que se irá aglutinando y organizando en torno a estas líneas de pensamiento. Se consolidará una nueva forma de hacer política y los líderes cristianos serán vanguardia y ejemplo. A continuación, los valores que guían el pensamiento, el discurso y la acción del Cristianismo Político.


El Cristianismo Político reconoce únicamente al Dios Creador, al Dios de la Biblia, como el actor político más poderoso e influyente. Dios es la primera Causa del Universo y la fuente primigenia de Justicia. Su sabiduría en temas de gobierno es inagotable. El Cristianismo Político fundamenta totalmente su Doctrina en los principios de gobierno que enseña la Biblia. Se observa en los documentos históricos importantes de nuestra Venezuela, que siempre se hace mención de Dios y de su primacía en temas de gobierno. El Cristianismo Político establece esa primacía de Dios en el centro de la doctrina. Se restaura el histórico y precioso lema del Estado Venezolano: ¡Dios y Federación! ó ¡Dios y Patria! Dicho lema resume en dos palabras la cosmovisión cristiana y su causa política. Este cuerpo de pensamiento se constituye en una identidad netamente política, totalmente laica y de postura seglar. El Cristianismo Político no es un credo religioso ni confesional, tampoco está adscrito a organización religiosa alguna.


La Justicia es la gran virtud que inspira al Cristianismo Político. Se reconoce a la Justicia como la Madre de todas las virtudes políticas y en ella se basa todo lo que piensa, dice y hace el líder cristiano. El Cristianismo Político asume una posición de centro. Cada militante cristiano entiende al centro como su trinchera de lucha. El centro es integrador, sensato, inteligente, equilibrado, conciliador y objetivo. El centro es la zona perfecta para que descienda y reine la Justicia. Se proyecta al centro como el ámbito por excelencia para el ejercicio del gobierno. El Cristianismo Político rechaza los extremismos ideológicos de derecha y de izquierda, mientras rescata la tesis de la Tercera Vía, la hace suya y la amplía con una inmensa riqueza de pensamiento.


El Cristianismo Político asume con entereza la Causa Nacional y trabaja para el desarrollo verdadero de la Patria. La renovación nacional es el objetivo sagrado. Dios y Patria, es el lema. Se desea darle a nuestra Venezuela ese gran salto adelante que necesita, la grandeza nacional en todos los sentidos. El militante cristiano ama a su país, entiende cabalmente la historia que le pertenece y cultiva sanamente el sentido patriótico.


El Cristianismo Político es profundamente democrático. Se defienden todos los principios de la democracia porque se entiende que la autodeterminación de los pueblos es un derecho otorgado por Dios. La elección popular de representantes nació primero en Israel y siglos después se observó en Grecia. Es un principio bíblico de gobierno. Al mismo tiempo, el Cristianismo Político se declara antipopulista porque el pueblo puede en ocasiones tomar malas decisiones y no es infalible.


El Cristianismo Político construye la marca del Estadista en sus dirigentes. La sabiduría otorgada por Dios al rey Salomón es la mística deseada. El propósito es dirigir la administración con una inteligencia fuera de serie. Se procura el mayor nivel de acierto en la conducción política. El dirigente cristiano se enfoca en obtener resultados notables y soluciones eficientes a los problemas de la gente. Sólo la profunda sabiduría en el gobierno puede brindarle felicidad duradera y prosperidad al pueblo.


El Cristianismo Político respeta consagradamente el Estado de Derecho y el marco Constitucional vigente en la nación. Se enseña abiertamente a defender el imperio de la ley, lo cual es garantía de Justicia, orden, paz y convivencia social. El Cristianismo Político es de pensamiento antitotalitario. Se promete resistencia con la ley en mano, ante toda acción ilegal, anticonstitucional, déspota y tiránica sea cual fuere su origen.


El Cristianismo Político defiende la separación de poderes en el ordenamiento jurídico. El poder público debe estructurarse con el mejor sistema de equilibrios y contrapesos. La correcta descentralización del Estado evita el abuso de poder y la corrupción de las autoridades. Se debe garantizar una óptima distribución jurídica de las responsabilidades y los controles entre los distintos poderes del Estado. El poder Judicial debe ser independiente, despolitizado, libre de coerción y garante del Derecho.


El Cristianismo Político construye un modelo económico combinado. Se desarrolla una política económica alternativa a los modelos que existen tradicionalmente. Se unen el principio de la libertad con el principio de la compensación social. Este tipo de modelos mixtos fueron implementados en el siglo 20 con grandes resultados. El llamado "milagro económico alemán" fue producto de un modelo económico mixto llamado: Economía Social de Mercado. El Cristianismo Político condensa las mejores ideas en este tema y desarrolla el prototipo adecuado para implementar en nuestra Patria. Los líderes cristianos en Venezuela se preparan arduamente para producir en un futuro próximo el "milagro económico venezolano".


El Cristianismo Político defiende la implementación del libre mercado y la plena libertad económica. Toda economía pujante necesita la libertad de mercados para desarrollarse y a su vez requiere de la correcta aplicación de las nociones del capital. El libre mercado aporta la mejor fuerza de coordinación socioeconómica, y además es totalmente espontánea y natural. Se defiende la libre empresa y la libertad de contratación. El Cristianismo Político se declara anticomunista y antisocialista.


El Cristianismo Político implementa la regulación Estatal inteligente. El Estado dirigido por líderes cristianos, sabios y visionarios siempre va a promover, vigilar y mantener en igualdad de condiciones a la libre competencia. La regulación inteligente del Estado permite la construcción de un marco legal justo, claro, atractivo y eficiente. El Cristianismo Político defiende la intervención Estatal, pero sólo en lo estratégico y en el mínimo necesario. El Cristianismo Político se declara antiliberal y antielitista.


El Cristianismo Político asume una postura ecológica y proteccionista con el medio ambiente. Cada ciudadano que se identifica con nuestra doctrina será un mayordomo que respete, cuide y sane el espacio natural y sus ecosistemas. Es una gran bendición vivir en este planeta diseñado por Dios para la vida humana. Es un gran regalo de su parte y debemos cuidarlo para nosotros y para nuestra descendencia.


El Cristianismo Político entrena a sus dirigentes para escuchar la voz del pueblo y servirle en la gestión de gobierno. Esa voz masiva del pueblo nunca se margina. Los líderes cristianos le brindan al pueblo la representación fiel que merece y la participación protagónica que solicita. El Cristianismo Político se conecta y se fideliza primordialmente con la base ciudadana, pues de ella sale y para ella trabaja. Se asume el ejercicio del poder como un medio más para servir al pueblo, nunca es un fin al cual aferrarse. El propósito supremo del líder cristiano es servir a su nación. El Cristianismo Político es vocación de servicio, porque el poder es para servir y no para servirse. Se aborrece la partidocracia, la demagogia y la politiquería del estamento político actual.


El Cristianismo Político promueve la armonía de clases en la sociedad. Se reconoce que siempre se va a producir la estratificación de la masa social, es un fenómeno revestido de normalidad. Las ventajas de la vida no vienen distribuidas de forma equitativa y el desempeño de cada individuo cuenta. Ante todo esto, el Cristianismo Político propone la convivencia armoniosa, complementaria y conciliatoria entre todas las clases sociales. El Cristianismo Político se declara anti-marxista y rechaza el enconamiento social que produce la lucha de clases.


El Cristianismo Político protege y garantiza todos los derechos otorgados por Dios a la humanidad. Los líderes cristianos impulsan un entorno social en el cual todos los derechos humanos puedan convivir en equilibrio y respeto. Se defienden todas las libertades, de expresión, religiosa, de conciencia y de opinión. La defensa de un derecho legítimo no puede convertirse en agresión a otro derecho igualmente legítimo.


El Cristianismo Político siempre defenderá la propiedad privada. El mandato sagrado es resguardar lo ajeno, sea que pertenezca a un individuo o a la sociedad en general. Los líderes cristianos procuramos que la propiedad pública y la privada coexistan en armonía y en sana colaboración. El Cristianismo Político rechaza todas las políticas irracionales de expropiación en contra del sector privado.


El Cristianismo Político es valiente por naturaleza esencial. El líder cristiano es audaz e intrépido al entablar la lucha política. Seguir la senda del Cristianismo Político será siempre un desafío abierto para los factores de poder habituados en practicar la maldad y el engaño de la gente. El líder cristiano no teme ante los poderes terrenales, ni permite que su corazón se llene de miedo. Se asume la senda de la No Violencia en el activismo político. Y a su vez se condena la gesta de planes anticonstitucionales de rebelión en contra de autoridades legítimas y circunscritas a la ley.


El Cristianismo Político busca siempre la integridad de carácter y la excelencia en toda gestión de gobierno. Los líderes cristianos defienden su honestidad y manifiestan altos niveles de coherencia en su persona. La corrupción siempre ha sido fuente de miseria, opresión y pobreza. Se impulsan políticas de transparencia y contraloría efectiva en la administración de lo público. Se combate con fuerza y apego a la ley todas las prácticas de malversación, latrocinio y fraude en la administración de la hacienda pública.


El Cristianismo Político conduce la formación de valores morales, familiares y cívicos en la masa social. Se asume una labor educativa permanente para elevar la cultura integral de la gente. Se utiliza abiertamente el conocimiento y la comunicación para inspirar e influir positivamente en la opinión pública. Se impulsa un sistema educativo integral, bien remunerado y con altos estándares de formación. La grandeza de una nación no radica en sus recursos, ni en su territorio, radica en su educación.


Todos los dirigentes y militantes activos del Movimiento Cristiano Político asumen una postura laica y completamente seglar. Se le enseña al militante cristiano la debida separación entre la vida eclesiástica y la vida política. Los púlpitos de las iglesias no son tribunas para la política. Del mismo modo, las tribunas civiles no son púlpitos de iglesia. Al César lo del César, y a Dios lo que es de Dios, dijo Cristo una vez. La motivación del líder cristiano para hacer política es netamente política, y no religiosa. Hay mucha prudencia y acierto cuando estos dos ámbitos no se mezclan en el mismo espacio.


El Cristianismo Político asume los colores Blanco y Azul como sus colores representativos. Dichos colores serán el “tinte visual” con el cual será identificado el Movimiento entre la gente. El Blanco significa Justicia, pureza y neutralidad. El Azul significa lo Celestial, lo Divino y la Sabiduría Superior. Son los colores del Cielo, lo cual compagina con la esencia del ideario cristiano. El Blanco y Azul también son los colores de la “franja central” de nuestra bandera venezolana. El Blanco de las estrellas y el Azul de la bóveda celeste. Ese Blanco y Azul tienen el mismo sabor de nuestro lema: ¡Dios y Patria! Cualquier iniciativa que emprenda nuestro movimiento se vestirá de Blanco y Azul.


El Cristianismo Político exhibe afinidad con el pensamiento demócrata cristiano, socialcristiano y con el humanismo cristiano, pero el enfoque permanecerá siempre en torno a lo “bibliocéntrico” y a lo “cristocéntrico”. Además, esta doctrina se concibe como dinámica, es decir, podrá ser perfeccionada en la medida en que sus promotores aprendan mejor en la Biblia, en las ciencias y en la experiencia al lado de la gente. ¡Esta es la doctrina política más importante de todos los tiempos, y hoy la tienes en tus manos totalmente desenterrada, compilada y libre! ¡Luz verdadera para las ciencias políticas y para los pueblos que ejercen sufragio! ¡Esto es la revelación de la Nueva Política en Venezuela!


Ahora vamos a agitar nuestra legítima visión de país. Vamos a influir en la opinión pública para bien. Vamos por el pueblo primero, pues todo lo duradero se construye desde abajo hacia arriba. Una nueva fuerza política está naciendo y sus ideas serán dominantes muy pronto. Todo está listo para que nuestra indetenible llamarada aparezca.


¡Dios y Patria!

¡Nos vemos en la Nueva Venezuela!



Caracas, Venezuela. El día treinta del mes de Julio de 2020.




SAMUEL E. URDANETA

Activista del Movimiento Cristiano Político.

Escritor del libro "Manifiesto Patriarcas".

Director de la Fundación Patriarcas.

Ingeniero de Petróleo y TSU en Teología Bíblica.

@samueleurdaneta


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