El ascenso de la llamarada cristiana ¿Nos estamos preparando para gobernar a Venezuela?
El fuego no surge de la nada. El fuego se produce frotando eficazmente las piedras. Se hace con esfuerzo, paciencia y dedicación. Pues así como se hace el fuego, surgen también los movimientos políticos destinados a triunfar: frotando con pasión las piedras fundacionales adecuadas.
Una nueva fuerza política está por
surgir en Venezuela, pero me refiero a una que será totalmente diferente a las
demás. Esta nueva fuerza tendrá su génesis y su guía en el corazón de Dios.
Será levantada y empoderada por el mismísimo brazo de Yahweh. Surgirá como
surge el fuego y una vez se desate su energía entre los ciudadanos, nada podrá
resistir a su avance. Los líderes cristianos despertarán y se levantarán en
Venezuela. El pueblo estará listo para entendernos y abrazar nuestra bandera
política. Muchas cualidades positivas en nuestro pueblo están hoy escondidas,
pero pronto saldrán a la luz. Así como el fuego requiere de ciertas condiciones
para surgir a partir de la ignición, así también nuestro movimiento político
requiere de las condiciones necesarias para su oportuna salida y consolidación.
El fuego no surge por arte de magia. El fuego se produce cuando el combustible,
el comburente y la chispa confluyen en un determinado espacio y consigue
mantenerse en forma de llama cuando los tres elementos logran reaccionar en
cadena. Pues, así mismo debemos considerar el surgimiento de la próxima
llamarada política, el fuego de Dios en Venezuela.
“Comburente” son los nuevos líderes
que van a enarbolar, impulsar y defender nuestras ideas. Se hace muy necesario
poner en funcionamiento un equipo de gente dispuesta a trabajar por las ideas
de la “Nueva Venezuela Cristiana”. Recordemos que nada se construye solo,
siempre se necesitarán pies para el camino y manos para la obra. Requerimos
trabajar en unidad y coordinación, de la misma manera que necesitamos del
oxígeno para respirar. La nueva fuerza cristiana necesitará caras y nombres con
los cuales los ciudadanos la identifiquen y para ello, es fundamental,
construir consistentemente un equipo de trabajo idóneo, óptimo, apto, uniforme
en la idiosincrasia política y amante de la justicia, que se constituyan en los
“paladínes” que la historia demanda en este tiempo. Es necesario crear las
bases en todo el territorio nacional, desde abajo hacia arriba, desde lo local
hasta lo nacional. Si lo hacemos así, pronto tendremos un amplio y selecto
grupo de líderes y activistas, todos inquietos y enérgicos dispuestos a darle
vida al nuevo movimiento cristiano en lo social y en lo político. Yo creo
firmemente que surgirá una maravillosa generación de jóvenes venezolanos que
brillará como las estrellas y yo mismo quiero ser hallado entre ellos. Van a
emerger nuevos actores políticos que enarbolarán los valores cristianos de
manera efectiva, práctica y exitosa. Los héroes nacionales están por levantarse
y sus nuevas hazañas nos van a mover y a guiar hacia las metas que tenemos en
frente. Llevaremos la bandera del proyecto político promovido por Yahweh, El
Dios de la Biblia.
Considero que se debe conformar una
organización con “rango jurídico” después que hayan sido creadas las bases
ciudadanas y se haya integrado el equipo nacional, para que coordine el
crecimiento del movimiento. No debe ser un partido político, es lo último que
ha de conformarse y si realmente se hace necesario. La verdad es que un partido
político es una organización que puede fundarse con un grupo reducido de
personas con el objetivo de ganar elecciones. Pero nosotros debemos pensar más
amplio y más profundo desde el principio. Debemos pensar en un instrumento
político que despierte al ciudadano, organice las bases, conecte con las
multitudes y emprenda verdaderos cambios estructurales para bien. Me refiero a
una asociación civil sin fines de lucro que represente nuestra expresión
popular. Allí estará nuestra fuerza indetenible, en la base ciudadana. Ya es
hora de que los cristianos dejen de ser simples electores inertes, para
convertirse en voz resonante y en una opción política poderosa. Debe pasar a la
historia esa postura de mantenernos al margen de la política. Es una postura
que ha sido contraproducente y “colaboracionista” con el enemigo de las almas.
Le hemos firmado un cheque en blanco para que haga lo que le dé la gana con los
destinos políticos de nuestra Venezuela. La apatía de los buenos es considerada
muchas veces más mala que la maldad de los malos. Pero esa manera de pensar
está quedando en el pasado. Ahora los líderes cristianos serán los nuevos
actores políticos de la región. Nuevos líderes cristianos para la política, que
serán en verdad “líderes políticos” y llenarán la medida exigida con creces.
Nuestra motivación para hacer política, es esencialmente política y no
religiosa, aunque nuestra filosofía sea cristocéntrica y bibliocéntrica.
Al mismo tiempo debe avanzarse
tempranamente en la formación y el adiestramiento de nuestros líderes y
prospectos. La capacitación debe ser continua e incansable, no se admite la
ineptitud, ni la ignorancia. Somos "Patriarcas", eso quiere decir que
en nosotros ha de reposar el espíritu de Sabiduría Superior. Tenemos que
convertirnos en el grupo cristiano con mayor vocación política. Queremos
dignificar el ejercicio político y aportarle a la población nuestra legítima
visión de país. El cristianismo político que propongo no apuesta por partido
político alguno del estamento actual, pero sí tiene una idea bien clara de cómo
ha de hacerse la política. Transformaremos la cultura política como ninguna
otra fuerza lo ha hecho en Venezuela.
Tenemos que definir una agenda de
mensajes y contenidos, para hacerle frente a la dura batalla de las ideas. Es
una prioridad estratégica. Además, una vez creada la organización matriz, se
debe asegurar una presencia abundante, planificada y fresca en las redes sociales.
La agitación comunicacional en torno a los temas claves debe ser “explosiva” e
inteligente. Vamos a generar nuevos debates nacionales que van a ayudar a
desmontar los argumentos falsos y gastados que la gente cree hoy como
verdaderos. Cuando nuestra luz, que viene de Dios, comience a brillar, todas
las estratagemas de los demagogos van a caer a tierra. La verdad hará libre a
un pueblo y un pueblo libre no le teme a nada, es invencible.
Debemos ser catalizadores de la
transformación verdadera en Venezuela. Lamentablemente, el liderazgo venezolano
actual, continúa fragmentado, desorientado, irrealista, ambicioso de ganancias
deshonestas, irresponsable e inmoral. Los grandes temas de Estado siguen
secuestrados por las ambiciones partidistas y personalistas. Necesitamos
hacerle un llamado a todos los grupos y partidos políticos del estamento
tradicional, a que retomen la sindéresis, la ecuanimidad y la seriedad por el
futuro de Venezuela. Desde ya queremos contribuir a ensamblar un gobierno
democrático unido, inteligente, eficiente, transparente, moderno, y totalmente
capacitado para afrontar la inmensa y compleja tarea que tenemos por delante.
Tenemos plena confianza en la victoria que le otorgará Yahweh a Venezuela.
Viviremos por fin en una Venezuela
próspera y grande, dirigida por estadistas cristianos. En Venezuela es palpable
el potencial político que tiene la facción cristiana, se reconoce en todos los
estratos y ya a estas alturas es un fenómeno indetenible. Viviremos una
Venezuela que aprenderá por fin la lección y logrará resurgir gloriosa de sus
cenizas. ¡Patriarcas! ¡Patriarcas! Lograremos todo lo que nos propongamos en
nuestro país, porque Yahweh está con nosotros. El mundo se pondrá de pie para
gritar y aplaudir cuando vean el ideal de Dios hecho realidad viviente en
Venezuela. ¡Vamos!
¡Lo que Yahweh edifica, edificamos!
¡Dios y Patria!
SAMUEL E. URDANETA
Escritor del libro "Manifiesto
Patriarcas".
Director de la Fundación Patriarcas.
Activista de la ACC, Alianza Cívica Cristiana.
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